La pandemia del Covid ha ayudado a entender la necesidad de renovar el aire de las instalaciones. Muchos edificios carecen de sistemas mecánicos de renovación de aire, por lo que es sumamente complicado y costoso modificar las instalaciones para introducir equipos que se encarguen de renovar el aire según la ocupación de los espacios.
El oxígeno que respiramos se convierte en CO2 gracias a un proceso de intercambio o “difusión” que se produce en nuestros pulmones. Por tanto los espacios que habitamos se van cargando de CO2 a medida que pasa el tiempo y si el aire no se renueva constantemente, el ambiente se carga de CO2 (ya que éste no se extigue por si solo) y afecta entre otros aspectos a la capacidad de concentración de las personas. El virus del Covid, al igual que el CO2, se va concentrando en el ambiente cuando una persona infectada está habitando ese espacio, con lo cual se convierte en imprescindible renovar el aire de la instalación y reducir el potencial peligro de infección. Por tanto, al igual que otros virus como el de la gripe, es necesario reducir al máximo la posibilidad de infección, y esto se consigue renovando el aire de la instalación.
Un mecanismo práctico y sencillo en instalaciones donde no se dispone de renovación de aire forzada (mecánica), es instalar un sensor de calidad de aire para medir el nivel de CO2 del ambiente, y señalizar de manera visible el nivel leído, para informar al usuario que debe activar un mecanismo para renovar el aire, por ejemplo abriendo las puertas y las ventanas. Durante la pandemia se han realizado múltiples estudios para determinar la mejor manera de renovar el aire en ambientes donde no sea posible disponer de ventilación forzada, y se ha determinado que la mejor opción es conseguir una corriente de aire cruzada abriendo puertas y ventanas ubicadas en paredes opuestas, siempre que sea posible.
El sensor AirQualy es un equipo que se instala fácilmente sobre la superficie de una pared, mediante dos tornillos, y que dispone de un sensor de CO2 que mide de manera muy precisa el nivel de CO2 en el ambiente, señalizando a través de 5 indicadores LED de diferentes colores el valor leído. A través de los 5 colores, azul (calidad de aire óptima), verde, amarillo, naranja y rojo (calidad de aire crítica), el usuario puede visualizar en todo momento la calidad de aire de la instalación, y actuar manualmente sobre la renovación del aire. El equipo permite configurar el rango de valores de CO2 (en ppm) para cada indicador LED, de manera que en el momento de la instalación se puede configurar según las necesidades de cada edificio y el nivel de CO2 medido en el exterior. Obviamente si la instalación se encuentra en una ubicación con un nivel de CO2 elevado en el exterior, por ejemplo de 450 ppm, en el interior no podrá haber un valor inferior al exterior, por lo que el equipo se debe configurar según unos valores coherentes con el entorno.
En este enlace se encuentran todos los modelos del sensor AirQualy.